miércoles, 27 de junio de 2012

g4 (y cae la dama)



Para Donato

A todas luces, Horacio Oliveira es
el crítico
más aunque (que) en cuestiones
de mujeres
y palabras
Cesárea Tinarejo
es la que habla

La poesía no le vendrá mal
a un breve novela
disfrazada con versos
y esa nada sutil impostura
de no decir nada por su nombre
y esconderse en el sexo

Aún no me cuadran las rimas
si de posturas
y excesos se trata
serán siete o diecisiete
¿las sílabas?

Se atraganta tanta épica
repetida
en un mismo orgasmo

Mal aprendemos a contar los hombres
cuando de placer
(ahora sí)
se trata


Cesárea Tinarejo

viernes, 22 de junio de 2012

Café chueco



La distancia, suspiro de kilómetros y espacio sin relleno
aumenta el mutismo, el extrañamiento
de los soliloquios de un espejo
sin afeitar

Nada nuevo hasta que una fotografía
que cuenta los días del calendario
habla de los desperfectos de la soledad

No es el silencio
tu paz sólo necesita saberme ahí
mi inquietud hurgar en la tuya

Así que
sorbo el café de la mañana
y escribo

“Tu ausencia, irreparablemente,
es el dolor de sentirme vivo”.


Cesárea Tinarejo

viernes, 8 de junio de 2012

Vunerable


Para Cecilia

Hay fotografías donde la oscuridad se abre para que entre la luz. Y no, precisamente
al revés

Tras las cortinas monstruosas de la fealdad
hay un niño atemorizado
mamá se quedó seca de tanto sufrir
"ay, que pena"
el fuerte ridiculiza su propia esencia
para seguir dudando

para seguir siendo fuerte

sin sentir el ahíto de vida que parece contaminar a todos
los bellos y sabios

ah, llegó el día

donde la maldad se acostó con la confianza
y los cuerpos se olvidaron de las erecciones
para experimentar, sencillamente

el abandono al placer. Más

más fotografías trucadas donde deje la ceguera
postrada en el templo de la incertidumbre
donde el coraje
- ah, cuánta razón amigo Bolaño -
se concentre
en cada respiración

aquí estoy

Cesárea Tinarejo



martes, 5 de junio de 2012

Zurcido


Dedicado a Eric Maisel
(Escrito a los 15' de haber leído el prólogo de "Coaching para el creativo que hay dentro de ti". Gracias)

La creatividad, ay, qué fortuito encuentro. Donde un hombrecito con genio escribe las historias de otros. Artistas con la ansiedad de una musa susurrándoles pecados en blanco. ¡Eureka! El momento de mover los dedos que, en las cuentas finales, dicen esto que otros leemos. Leéis.
De repente las lecciones parecen aprendizajes. Como si la significación hiciera un punto de cruz en el corazón. Y
desde ahí
No hubiera contaminación peligrosa. Ni miedo.
Cuando al pensar “Hermosamente fea” ante una imagen liberadora de hermosura, sintiera yo también – en el mismo fatídico momento
que amo a la fealdad de su alegría

Cesárea Tinarejo