viernes, 4 de abril de 2008

Campamento de verano (Yael Bartana)

Aridez provocada. Derrumbe humano sobre una casa arrasada. En el camino están las señales del delito con un toque cómico: excavadora asesina, jeep militar y, en medio, un burro con un ser supuestamente humano.

Entran los cuerpos de rescate: jubilados heroicos de tiempo libre y voluntad fanática. Entre tomas fotográficas, el ejercicio de redención. (Aunque mañana todo siga igual). Trabajo colectivo y cadenas solidarias. Oferta turística regenerativa: sentido familiar, ejercicio, entorno exótico, dividendos en la conciencia.

Se fueron antes de haberla pintado. El hogar destruido. Las tomas del documental están desordenadas, falsean la realidad. ¿Son, pues, las ruinas, el principio o el fin de esta obra?

Horacio Oliveira

Ambulante, gira de documentales 2008
www.ambulante.com.mx

2 comentarios:

Unknown dijo...

Las ruinas son el fin de esta obra... en ruinas quedó la ¿pequeña? obra de ingeniería cuando, de un instante a otro, esta obra literaria apareció: Campamento de verano, para contar la historia de las ruinas de cemento, de blogs, de arena y piedra y agua y burros y maquinaria...

Siempre está la mano del hombre presente en un desastre, pequeño mediano o grande, para ocasionarlo, algunas veces, y para rescatar lo rescatable y levantar lo “levantable”, mientras, en muchos casos, desfilan los "turistas" echando un ojo, sobre el gesto solidario de algunos que participan por solidaridad o por dinero...

Qué enredo te dejo, Amigo Horacio. ¡Buena tu obra! Bien cimentada.

Te agradezco el obsequio para mi historia de ciencia ficc… sobre extraterrestres, pero, qué pena, me declaro inútil empedernido, tecnológicamente hablando, nada más, ojalá, así sea, y no tengo ni la menor idea sobre cómo hacerme con esa ilustración que bien caería en mi blog.
Decíme cómo me la llevo…
Saludos, Horacia.

Unknown dijo...

Disculpáme, hombre... léase al final de mi comentario: Saludos, HoraciO...