viernes, 22 de febrero de 2008

Declaración de principios al principio

Después de meses resisitiéndote, Quimero, te ves publicando tu blog. Tantas reflexiones negativas sobre esta moderna epidema endémica del yo, donde todos tienen tanto que decir sobre todo y muy pocos tienen tiempo para leer (o pensar) sobre nada; para acabar cayendo en la tentación por vía de una tarea escolar. Ver para creer.

Así, de pronto, siendo las 18:04 de un Martes y Trece de 2007, convoco a la superchería tradicionalista e invoco a los espíritus de a) la creatividad b) la belleza c) el interés público d) el beneficio económico. Favor de señalar la que considere correcta.
¡Enhorabuena! La respuesta correcta es: e) la hinchazón del ego y sus consecuencias en la entropía universal.

¿Qué mejor iniciar con un título tan enredado para el primer artículo? Así nadie se llama a sorpresa. "Quimeraciones" es algo en potencia. Así como el feto que se forma dentro de su barrigona madre (menuda metáfora ¿eh?), así está Quimero en este momento: sintiendo cómo se le inflan los testículos y se definen morfológicamente las semillas que esparcirá por este espacio.

De entrada, quedan avisados los timoratos, bienpensantes y pardillos varios del jardín tecnológico. La cosa va de experimentación, choteo y jerga piloto. (Que mis colegas seguro le van a poner "sazón" empírica, intelectualoide y mucha, pero mucha seriedad a la cosa.)

Como diría Isaac Newton, "No hace falta saber física para comer manzanas. Pero sin manzanas..."

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