La inauguración de ayer fue un éxito. En términos de cantidad y diversidad de asistencia. La música, los tamales y la tertulia callejera bajo las escaleras de la Iglesia de Guadalupe dieron un toque pintoresco que deleitó a los nostálgicos de la cultura underground. (Sólo que aquí es folclore). Y la numerología de colgar 23 obras el dos de marzo presagiaba algo más que un localito bien iluminado y con obras alineadas con láser.
Un par de inaugurados trataron de explicarme las razones del nombre. Después de dos sospechosos y simétricos “Ni idea” con carcajadas pícaras entendí: i) que es el nombre de una culebra conocida en el Estado (Agkistrodon bilineatus) ii) que en lenguaje élfico significa “Artesanos de la luz” iii) que está relacionado con la luz de la palabra candil iv) que cuatro porque cuatro son los inauguradores, galeristas y fotógrafos.
A una niña no le gustó. En los corrillos me sentí maleducado al inquirir por las opiniones. Siempre hay un porcentaje de los invitados que asiste por otras razones y, créanme, son difíciles de distinguir. En general, la estadística del evento levantada a pie de inauguración (bajo el vocalista canino de la terracita del primer piso) y asentada después en la tertulia de la cena es una mezcla de indiferencia, de “normalidad”, de medianía y, eso sí, de quisquillosa esperanza de que esta galería dure un poquito más. (Aunque la rotación de proyectos aumenta las inauguraciones con vinito y cotilleo).
Nadie validó mi opinión de que ¡Goool! es una buenísima fotografía, por ejemplo. Algunos sí nos dimos cuenta que una fotografía de Fabián conmovió nuestros sedimentos de tristeza ante la desfachatez de la muerte. Los experimentos en el perímetro de lo burlesco estuvieron más aburridos que un mal verso alejandrino. Y todos echaron porras al avezado Efraín. ¡Vamos!
Canthil 4 es una idea elegante que da un paso atrás en la primera exposición, espero, para tomar impulso y… ¿renovar? A saber: Asociacionismo profesional, galería sin intermediarios, promotores culturales y cicatería creativa. Para empezar no es poco, como tampoco es tan sencillo conjuntar el entusiasmo de tantas feligresías locales alrededor del proyecto. Así que albricias para los cuatro.
Horacio Oliveira
SCLC, 3 de marzo de 2012
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