lunes, 23 de abril de 2012

De paso


De paso
Vanessa García Blanca
Centro Hemisférico en FOMMA

Durante las próximas dos semanas podrá visitarse la exposición “De paso” en FOMMA. En ella, Vanessa García nos presenta el resultado de un largo trabajo de investigación y acompañamiento a los procesos migratorios mesoamericanos. Como la propia autora señala, el objetivo es usar la fotografía como medio de sensibilización social ante una problemática cada día más dramática.

La forma de exponer la gran cantidad de material disponible es, sin duda, el mayor atractivo de la propuesta. El espectador debe acercarse mucho a las pequeñas fotografías montadas en series horizontales. La autora lo justifica diciendo que es una forma de “darse el trabajo” de acercarse a una realidad que normalmente pasa desapercibida. Esta aparente incomodidad nos invita a intimar con las series como si visitáramos los vagones de un tren de pasajeros.

Esta novedad en el montaje también sirve como paliativo al hecho de que, en sí, las imágenes nos evocan la repetición de escenas que todos, de una forma u otra, ya hemos visto: migrantes en las vías, en el tren, en los centros de acogida, en las cárceles, atravesando ríos y desiertos, los objetos personales abandonados en el camino, las familias rotas y los ambientes precarios y temibles del miedo. La contundencia del discurso narrativo no está en la calidad fotográfica sino en la machacona repetición de las imágenes. Saciados, nos vamos con ellas en la memoria pero sin haber aclarado las ideas. ¿Cuál es el mensaje?

Ordenadas por capítulos o categorías del tipo “La Bestia”, “El camino”, “De paso”, “El olvido”, tuve la sensación que todas las series contenían exactamente lo mismo. Bien pudieran cambiarse los rótulos sin afectar en nada al resultado.  Como Vanessa propone: “Es igual por donde empiecen, estamos ante un ciclo”. Revisitamos entonces, como turistas del infortunio, el dolor ajeno y el sufrimiento de muchas familias; sin embargo, toda esa información queda acumulada cual si fuera un trabajo académico, no artístico y, en cualquier caso, con un propósito indeterminado. Atestiguamos un hecho social, como mirones, sin posibilidad de conectarnos más allá del moderno montaje.

Los migrantes quedan en la categoría estadística y nos despedimos de ellos sin ningún sobresalto en el corazón.

Horacio Oliveira
SCLC, 22 de abril de 2012

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