Extracto del diario de Mr. M
Dejé el hachís y estoy a punto de hartarme de tener los dedos manchados de nicotina. El foto-libro es un hito creativo. Ahí viene la exposición fotográfica. Y “Poesía doméstica” resurge de la tarja poniéndole una pizca de caos a esta revolución ingrávida. Que va bien. Coexistiendo con la utopía de estar por casa. Las respuestas se aburren y eso está bien. También. Necesito nuevos interrogantes que no tengan forma ajedrecística. Sospecho felicidad con la prudente superstición de la enfermedad. Y ni tan siquiera me molesta perder al dominó. Lavo los trastes recordando una lección paterna. “Ordena primero el espacio de trabajo. Siéntete cómodo y haz lo que tengas que hacer sin recurrir a las chapuzas provisionales”. Vaya: pon toda tu pasión en cada acción. Por pequeña, rutinaria e intrascendente que parezca.
Ganas de decir Amén.
Cesárea Tinarejo
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