martes, 11 de diciembre de 2012
domingo, 26 de agosto de 2012
Limbo
Limbo
Javier Payeras
Me pongo Everything in its right place del album Kid A de Radiohead para
conectarme con ese fluir musical de los textos, como prueba de calidad
Cortaziana; para escribir de Javier, un insecto chapín que recorre los
basurales de una capital del tercer mundo en donde, a pesar de toda la
publicidad feliz, nunca llega la eterna primavera.
Tengo a mano mis notas y me acompaña el
ronroneo de un equipo de aire acondicionado que traduce el sofoco exterior en
ansiedad acústica. Algo muy parecido a lo que es el Limbo (Magna Terra, 2011) de Javier.
Si Gregorio Samsa despertara en Ciudad
de Guatemala como cucaracha, lo que menos desearía sería volver a su condición
humana. Javier invierte la motivación de aquel viaje, reivindica desde un
inicio su inhumana metamorfosis y sale a caminar. A ver qué pasa.
Hoy hay elecciones presidenciales donde
lo que menos importa es el rostro del ganador. Su novia simbólica (.1) le
anuncia que está embarazada. No sabemos si de él. Su familia no quiere saber
nada de bichos raros. Javier quiere ser escritor pero cobra como publicista.
Toma notas en su bloc de notas. Vive en una pocilga de libros y está solo.
Infinitamente solo y fastidiado. Pueblerino de cualquier capital del Tercer
Mundo, ejercita el soliloquio absurdo como terapia ante la locura.
La obrita es un ejercicio postergado,
madurada en el sufrimiento impotente de quien hace flexiones literarias para
muscular la retórica. La desigual estructura descansa en paz, al fin, como obra
concluida y publicada. Javier puede expiar su culpa y seguir con otra cosa.
En ese lugar ambiguo, incierto e
impasible que es el limbo; no se anhela el cielo, no se tiene memoria del
infierno y, por lo tanto; uno llega involuntariamente y acaba convirtiéndose en
poesía.
La novela poética es quizá el único
género que puede contener la experiencia irracional de querer estar vivo en una
cultura subdesarrollada.
La mística literaria me obliga a
concluir con un paralelismo. El mismo Cortázar que aparece entrevistado en
blanco y negro en Limbo quemó alguna de sus novelas. Kafka hubiera hecho lo
mismo con todas sin temblarle el pulso. Pareciera que el sentido último (y no tan común) no es
la conclusión textual…
Horacio Oliveira
Managua, 26 de agosto de 2012
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sábado, 18 de agosto de 2012
"Todo está bien"
Dice que está bien. Tú dices que estás bien y piensas que ella debe estar realmente bien y que tú estás realmente bien. Su mirada es bellísima, como si viera por primera vez las escenas que deseó toda su vida. Después llega el aliento a podrido, los ojos huecos aunque ella diga (mientras tú permaneces callado, como en una película muda) que el infierno no puede ser el mundo donde vive. ¡Corten este texto de mierda!, grita. El caleidoscopio adopta la apariencia de la soledad. Crac, hace tu corazón.
Prosa de otoño en Gerona, Roberto Bolaño, Acantilado, 2000.
“Eres un buen hombre. Un idiota, y previsible tipo, de buenos sentimientos. Con sensibilidad de supermercado y portada periodística. Barnizado de una erudición venida a más por sortilegio autobiográfico. Aunque tus esfuerzos son conmovedores, no estás tocado con la varita de la genialidad: la que convierte a un hombre en un espejismo de ilusión. Contigo, el amor placentero, la confianza en la cocina, la alegría dominical, los seguros de vida y las representaciones teatrales de los hijos. La sencillez necesaria para esa mitad que también soy. Me reservo el reverso: el fuego apasionado, la voracidad con sus secretos, la inestabilidad de una mirada y el orgasmo furtivo. Ya sabes, es lo que hay, honey. Todo está bien.”
Crac, hace mi corazón.
Prosa de otoño en Gerona, Roberto Bolaño, Acantilado, 2000.
“Eres un buen hombre. Un idiota, y previsible tipo, de buenos sentimientos. Con sensibilidad de supermercado y portada periodística. Barnizado de una erudición venida a más por sortilegio autobiográfico. Aunque tus esfuerzos son conmovedores, no estás tocado con la varita de la genialidad: la que convierte a un hombre en un espejismo de ilusión. Contigo, el amor placentero, la confianza en la cocina, la alegría dominical, los seguros de vida y las representaciones teatrales de los hijos. La sencillez necesaria para esa mitad que también soy. Me reservo el reverso: el fuego apasionado, la voracidad con sus secretos, la inestabilidad de una mirada y el orgasmo furtivo. Ya sabes, es lo que hay, honey. Todo está bien.”
Crac, hace mi corazón.
Quimero
Todo va a salir bien
“Todo va a salir bien”. Los dos se despidieron con esa sentencia. Y salió mal.
Hoy estoy enojado con el optimismo, con las recetas empresariales de las sonrisas automáticas. Pero me resisto a dejarme arrastrar por el oscurantismo de la negación a pesar de que sus síntomas están aquí: la dificultad para abandonar la cama, la difícil y compleja tarea de organizar un fin de semana para distraer la ansiedad y el desasosiego.
Ayer le escribía a una ocurrente conocida: “… sigo encerrado en el misterio de mis diarios y la antidiluviana estilográfica. Me gusta mancharme los dedos.” ¿Por qué pasar de ese extremo hacia la morbosa exhibición de reflexiones y emociones?
Por eso mismo, porque todo va a salir bien.
Quimero
Hoy estoy enojado con el optimismo, con las recetas empresariales de las sonrisas automáticas. Pero me resisto a dejarme arrastrar por el oscurantismo de la negación a pesar de que sus síntomas están aquí: la dificultad para abandonar la cama, la difícil y compleja tarea de organizar un fin de semana para distraer la ansiedad y el desasosiego.
Ayer le escribía a una ocurrente conocida: “… sigo encerrado en el misterio de mis diarios y la antidiluviana estilográfica. Me gusta mancharme los dedos.” ¿Por qué pasar de ese extremo hacia la morbosa exhibición de reflexiones y emociones?
Por eso mismo, porque todo va a salir bien.
Quimero
martes, 10 de julio de 2012
miércoles, 27 de junio de 2012
g4 (y cae la dama)
Para
Donato
A todas luces, Horacio Oliveira es
el crítico
más aunque (que) en cuestiones
de mujeres
y palabras
Cesárea Tinarejo
es la que habla
La poesía no le vendrá mal
a un breve novela
disfrazada con versos
y esa nada sutil impostura
de no decir nada por su nombre
y esconderse en el sexo
Aún no me cuadran las rimas
si de posturas
y excesos se trata
serán siete o diecisiete
¿las sílabas?
Se atraganta tanta épica
repetida
en un mismo orgasmo
Mal aprendemos a contar los hombres
cuando de placer
(ahora sí)
se trata
Cesárea Tinarejo
viernes, 22 de junio de 2012
Café chueco
La distancia, suspiro de kilómetros y
espacio sin relleno
aumenta el mutismo, el extrañamiento
de los soliloquios de un espejo
sin afeitar
Nada nuevo hasta que una fotografía
que cuenta los días del calendario
habla de los desperfectos de la soledad
No es el silencio
tu paz sólo necesita saberme ahí
mi inquietud hurgar en la tuya
Así que
sorbo el café de la mañana
y escribo
“Tu ausencia, irreparablemente,
es el dolor de sentirme vivo”.
Cesárea Tinarejo
viernes, 8 de junio de 2012
Vunerable
Para Cecilia
Hay fotografías donde la oscuridad se abre para que entre la luz. Y no, precisamente
al revés
Tras las cortinas monstruosas de la fealdad
hay un niño atemorizado
mamá se quedó seca de tanto sufrir
"ay, que pena"
el fuerte ridiculiza su propia esencia
para seguir dudando
para seguir siendo fuerte
sin sentir el ahíto de vida que parece contaminar a todos
los bellos y sabios
ah, llegó el día
donde la maldad se acostó con la confianza
y los cuerpos se olvidaron de las erecciones
para experimentar, sencillamente
el abandono al placer. Más
más fotografías trucadas donde deje la ceguera
postrada en el templo de la incertidumbre
donde el coraje
- ah, cuánta razón amigo Bolaño -
se concentre
en cada respiración
aquí estoy
Cesárea Tinarejo
martes, 5 de junio de 2012
Zurcido
Dedicado a Eric Maisel
(Escrito a los 15' de haber leído el prólogo de "Coaching para el creativo que hay dentro de ti". Gracias)
(Escrito a los 15' de haber leído el prólogo de "Coaching para el creativo que hay dentro de ti". Gracias)
La creatividad, ay,
qué fortuito encuentro. Donde un hombrecito con genio escribe las historias de
otros. Artistas con la ansiedad de una musa susurrándoles pecados en blanco.
¡Eureka! El momento de mover los dedos que, en las cuentas finales, dicen esto
que otros leemos. Leéis.
De repente las
lecciones parecen aprendizajes. Como si la significación hiciera un punto de
cruz en el corazón. Y
desde ahí
No hubiera
contaminación peligrosa. Ni miedo.
Cuando al pensar
“Hermosamente fea” ante una imagen liberadora de hermosura, sintiera yo también
– en el mismo fatídico momento
que amo a la fealdad
de su alegría
Cesárea Tinarejo
miércoles, 9 de mayo de 2012
Una idea
Para
Favricio
“Sortilegio”, la comprensión por medios
no convencionales. Algo así como la “heurística de lo cotidiano”, cuando la
fuente de la experiencia es una paella o una metáfora tan doméstica como
domesticada. Pues ya tenemos un (buen) título. Y un montonal de ideas para la
inauguración. Yo lo nombro: “El lujo de ver crecer de cerca las expectativas”.
Como acertijos que nos ayudan a encontrar la lógica extraña de nuestros
problemas. A saber: “Pezón tras pezón, en un circuito cerrado, envejeciendo con
las mismas repetidas caricias.” Alguien acaba de mencionar un “Adelante” y el título
de la exposición, y las fotografías para la promoción, y la “concatenación de
contingencias”, y…
un humo infantil de trenes melancólicos
y duros como el hierro de las almohadas de los niños que anhelan un poco de
cariño.
“Que así sea”, me digo.
lunes, 7 de mayo de 2012
Cavernícola total
“¡Si no asistes a la siesta sesearás
con insistencia!” Vamos pues con un mambito guasón. Le saco la piel a
carcajadas que son lonjas de mandarina a la luna rumbosa. Y si alguien menciona
“a la cuevita con sombras” de Platón me pongo un disfraz neardental como un
vestido de volantes y lunares. Que los geranios están llamando a seguidillas.
Que en mayo todos los huesos saben a polen y los poemas se incendian en un
fuego filosófico y, claro, primigenio. Y ahí está el tiempo mirando el minutero
de líneas. Taclaclac. Así que sigo dándole cuerda a mis fotografías en
penumbras y a los rayitos anaranjados que van floreando. Pura y sencillamente
primavera.
Cesárea Tinarejo
Vida líquida
Van cuatro meses líquidos, cinco con
las vacaciones. El velocímetro estima que voy a 40 días por mes. Demasiado
lento para calmar la ansiedad. Claro, como el agua entre los dedos, como el
agua desbordándose, como la presencia de lo intangible en un cronómetro.
Totalmente rápido para desembarazarme de la nostalgia. Tomo cursos acuáticos
con Gorostiza donde aprendo la esencia: “qué agua tan agua”.
Yo sigo nadando en círculos hundiéndome
hasta donde el aire me alcanza. Sin tocar ningún fondo pero fotografiándolo.
Después cuelgo en una pared el movimiento y me río de él. Ahí, estático, es lo
más parecido a un orgasmo tántrico. Seco.
Así que cualquier ruta es sospechosa.
Lo que empezó como un chapoteo bien pudiera acabar en naufragio premeditado. Pero
siguen apareciendo lucecitas en el radar para deslucir mi aislamiento. Las
sirenas. Ahí estoy: cotizando en dólares.
O sea, que esta Muerte sin Fin, quizá no tenga ni tan siquiera eso, un poema
memorable.
Cesárea Tinarejo
miércoles, 2 de mayo de 2012
Busco título
“Ahí están todas las pistas”. El
barbudo no hace caso de las voces y se concentra en el tambor brasileiro. Tum,
tum… Vence el viejito altísimo con la esbeltez de la memoria y se sienta en una
banca de madera. Estamos en el Sur y los serruchos cortan días simétricos de
calor e infancia. “Ese niño eres tú”. La fascinación por el abuelo, mago de
chascarrillos, “Danza vosé”. Bajo un naranjo del que exprime un ácido jugo de
limón sin muecas. “Historias”. Y me veo ahí. Escuchando. El papá de mi papá me
explica esa primera narración, ese cuento fundacional. “La única historia verdadera
a partir de entonces…” Y el protagonista es nuestro anti-héroe, el villano que
no queremos ser. “Siéndolo”. Con el corazón abierto de Literatura mamo las
primeras palabras que hablan de otros niños. Y con ellas hago un pacto con el mío.
Desde entonces
siempre veo el mismo espejo
un reflejo
donde, apenas
aparece invertido
todo lo que es real
(Ajajá)
“Las adicciones”. Habla de esos cuentos
sin título que se repiten todas las noches. Los que sólo desaparecen en reacciones
desbocadas que en su movimiento encuentran el espejismo del camino.
Y sería tan sencillo. Como hacer un
pisto extremeño.
Cesárea Tinarejo
jueves, 26 de abril de 2012
Musa alternativa
Imagina un sueño
de la orondez de tu deseo
con curvas fuera de foco
para enderezarlas
después
poquito a poco
Sueltas las riendas
poquito a poco
que no hay donde caer
rendido
cuando lo que se gana
ay, poquito a poco
no es poco
Que no, que no
las gargantas adoloridas saben
que no se deslavan los versos
alquitrán que atardece
tan poquito a poco
ah, tan poquito
que no es poco
Así que musicaliza
lo que traigan las musas
aunque sepa a rastrojo
Poquito a poco
ay, que no es poco
Cesárea Tinarejo
Manchas universales
Salto de renglón y me pongo “Purple
Rain” en la versión de Urselle. La ensalada y los garbanzos con chorizo ya
están en la mesa. Y la fotografía de “Gastronomía de estar por casa” aguarda, como
yo, a la musa de todos los aderezos. Incluyendo al Jazz.
Los versos, cuando son teclas al piano
de una voz que canta algo suave a lo inimaginado. Ininteligible. Como el
golpeteo de unas botellas de vino anunciando que todo “hola” es un poema en
espera… Los poetas, decía.
Ejercitan los endecasílabos
Y el coro, con su “Knock, knocking on
heaven’s door”, insiste en las manchas de los manteles, en la repetición de las
frases, en las caricias que suceden a las siestas y en la hinchazón de una
tripa adicta a las palabras. Pataplás.
Estos cronopios son la caricatura de
cualquier mancha en el universo. Indimensionable en la oscuridad de su vacío.
Tan pesada como la indigestión de un garbanzo ahíto. Y cósmico.
“Corazón de neón”, sí, pero en ese
eructo de tarde cuando las luces compiten por tener la razón. Los párpados
solares filtran el color para despertar a los arlequines artificiales. Y…
¡vualá! La poesía cambia de turno.
Y aunque todos los temas hablan de lo
mismo, “Dont’ worry, be happy”, y todos los huevos fritos sean anónimos. No fui yo.
Cesárea Tinarejo
Mantra culinario
“No hay nada más anónimo que un huevo
frito”
Horacio Oliveira
La Gastronomía de estar por casa
goce de zanahorias y cebollas
fotografía en “Feisbuc” estas ollas
que dejan traslucir algo de grasa
El arte de las cazuelas sin asa
sembró en el Sur todas mis semillas
y ni emborronándome con pastillas
perdería un ápice de mi guasa
Pa’ fogonea’ no basta la alegría
hay que escuchar la receta del alma
y ensuciar mucho la mantelería
Que en mi cocina se susurra un mantra:
es el que agradece la estratagema
de llenar más que la panza del que entra
Cesárea Tinarejo
Enamoramiento en penumbras
"Soñé que era un detective latinoamericano muy viejo."
Un paseo por la Literatura, Roberto Bolaño
Soñé fuegos piromágicos en una aldea
africana. Las doncellas danzaban y algo las atraía al fuego. Sólo la contorsión
del cuerpo pronunciaba palabras. Inaudibles para los otros sentidos. Y estaba
ahí el amigo holandés planificando un futuro y riéndose con su mostacho
macabro. Todas las garrapatas huyeron de mi piel en una carcajada. Los
escozores dieron paso al alivio de la noche abierta entre dos miradas sembradas
en los reflejos. El área gris donde se encuentra la geometría de la verdad
científica con la beneplácita naturaleza que todo lo permite. Entre la
confusión de algo parecido a los susurros oí el perfecto vacío. Una convulsión
de esta conciencia en los límites de la realidad. Antes de acercarme sin recato
a la Literatura, a los bordes inhóspitos de la poesía. Eso fue antes. Antes
llegaste tú, confundida entre las sombras, mezclándolo todo como un lugar común
repetido. Y en ese sueño aprendimos a bailar en los límites en penumbras
donde, apenas, si hay sentido.
Cesárea Tinarejo
Sueño erótico
Me pongo “Purple Rain” en versión
original para desnudarme. Hola, soy Azul implacable y no suelo recordar mis
sueños. Ni tan siquiera los eróticos. Así que me conformo con la realidad. No
hay de otra. He probado la auto-hipnosis, la relajación, la estimulación, la
anotación automática como un escupitajo de semen en la memoria y no hay rastro
de ellos casi nunca. No, no. Mi mamá terapéutica hubiera dicho “represión
inconsciente” pero ya sólo se aparece cuando la invoco. Y aquí estoy.
Coneltítuloyaescritoencimadeunpárrafointroductorio.
¡Joder!
Cesárea Tinarejo
Electricidad acompañada
Para Cecilia
Llegaron las fotos. Ahí están todos, el barbudo, el poeta, Azul implacable y los rezagados. Revisan los recuadros de luz aprisionada. Ah, ¡qué nervios! La exposición avanza como lamidas de sed en un calendario. Pam, ¡pam! Como globos de colores, los relámpagos van tachando actividades. Y a cada acierto más autorización. Más lejos del ruego incesante. ¡Aprovaadme! Ahí están todos.
1ª Respirando acompasadamente cada
momento como una electricidad cromática que adormece los pensamientos.
2ª Respirando acompasadamente cada
momento, aspirando a una electricidad cromática que adormezca los pensamientos
Sigo sin comprender una banca
electrónica con horarios. “¿Debo mostrar mis poemas a Donato?”. Sí, hay muchas
cosas que hacer todavía. El coro recita una serie de cartas del tarot elegidas
al azar: maestro, madurez, postergación, comprensión, los amantes.
Con las fotos también llegaron tosidos,
sexo e inspiración. Así que ella entra en “Poesía doméstica” ¡ahora! La musa decide
que la segunda es más “sugerente”. Que así sea.
Cesárea Tinarejo
Sólo cenizas
“Será
ceniza, más tendrá sentido”
Quevedo
Agarra el bolígrafo demacrado
cerquita ponte un ábaco goloso
y disponte como cualquier morboso
para cuadrar esa rima del hado
No te preocupes por el resultado
cuenta suma y resta como leproso
hasta que salga lo más vergonzoso
que esta profesión es del abusado
La poesía es arte de alquimistas
vertimos en pócimas los estantes
para envenenarnos con sus aristas
Hay que ejercitar la gimnasia fatal
de aquellos muertos que pasaron antes
y comprender, así, la lección brutal
Cesárea Tinarejo
Maestros del silencio
(Aquí
vendría una cita de alguien quien - más o menos, pero seguro mejor - ya habría dicho
lo mismo sobre el tema)
Vosotros, llamaros
Bolaño, Owen, Parra, Shakespeare,
Monterroso; o cualquier otro apellido de la larguísima lista, estáis ahí. Vivos
y coleando en estanterías sin importar el polvo del tiempo. Bloom se esfuerza
en mantener el canon y amenaza con el agón histórico. Los muertos seguirán riéndose
hasta que los superemos. Menudo calambre de nervios. Todo será polvo. Y en esas
cenizas nos recreamos. ¿Es esto un poema? A la mierda con los juicios. La poesía,
reivindico, – como dijo Gorostiza – “es donde uno realmente puede decir lo que le dé
la gana”.
Uf, qué alivio.
Cesárea Tinarejo
Las flores de los dragones
"Toda mala poesía es sincera"
Oscar Wilde
Cascada de días verdes
en este calendario
solitario
Las repeticiones de hojas
en blanco
censuradas por los muertos
que antes escribieron
Mis dragones
siempre huraños
queman con sus vicios
todos los deseos
En esta primera vez
valiente
Es el miedo feroz
dentro de esta gruta
(a fuerzas oscura y sucia)
quien hace temblar
mis dedos
Y con ellos
hasta el más profundo anhelo
Los pueriles brotes de color
tan ingenuos
anuncian tan frescos
lo posible
nuevo
s de color
Sólo hay ceguera
cuando me silencio
Cesárea Tinarejo
lunes, 23 de abril de 2012
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